La parcela era ideal para los aquelarres, las orgías y los sacrificios, pero la piscina era pequeña.
Un jefazo de la filial española de la Iglesia de Satán, seguidora de las doctrinas de Anton LaVey, estuvo a punto de alquilar en 2013 el chalet adquirido por el líder de Podemos, Pablo Iglesias y la portavoz en el Congreso de los Diputados, Irene Montero, conocido en toda España y parte del extranjero como «el casoplón de Iglesias», para crear un santuario satánico que iba a bautizar con el nombre de «Bercebú Village».
Es una pena, porque el casoplón de Iglesias era ideal para hacer orgias y aquelarres y al no tener vecinos nadie podría oir los gritos y los gemidos, pero el tamaño de la piscina y la borocracía frenó la operación.
Entre los requisitos que buscaban los satánicos, se encontraba que fuera “una parcela grande y con piscina, que no hubiera vecinos cerca» para poder practicar sus ritos satánicos y sus sacrificios sin interferencias de vecinos o curiosos, además, en sus más de 2000 metros cuadrados de parcela se podrían criar decenas de cabritos y gallos.
Finalmente, optaron por otras posibles opciones, ya que según parece, según nos comenta el promotor, la piscina no era lo suficientemente grande para poder desbautizar a 50 fieles de forma simultánea, ni las ordenanzas del Ayuntamiento de Galapagar autorizaba la instalación de un altar de sacrificios en la parcela.