Se frustra robo en joyería al confundir diamante con chicle


De regreso al aula… ¿o al parque de juegos?

Se frustra robo en joyería al confundir diamante con chicle

El gran golpe de los novatos

En un giro de acontecimientos digno de una película de comedia de enredo, un grupo de ladrones intentó llevar a cabo el que podría haber sido el atraco del siglo en una prestigiosa joyería de Pedregales del Norte. Sin embargo, lo que prometía ser una noche de brillantez se convirtió en una sucesión de inesperadas confusiones.

Los asaltantes, liderados por el infame ex policía conocido como «El Astuto», quien según fuentes consultadas tiene un historial digno de un libro de ficción, hicieron su entrada triunfal en la joyería, preparados para hacerse con el botín de sus sueños: el legendario «Diamante del Desierto», valorado en millones de pesos.

¿Dulce o diamante?

Tal y como hemos sabido, el caos sobrevino cuando uno de los miembros de la banda, conocido solo como R. Martínez, confundió el preciado diamante con un pedazo de chicle que alguien había dejado casualmente sobre el mostrador. En un acto que desafía toda lógica (y noción básica de geología), decidió intentar masticarlo.

El desenlace no fue menos desastroso: al percatarse del error, decidieron dejar caer el resto de las «joyas» con risas nerviosas antes de salir corriendo hacia una salida de emergencia… que resultó ser un armario de limpieza.

Lecciones a aprender

Ciertas informaciones apuntan a que, tras el frustrado intento, los ladrones han decidido regresar al colegio local de «Santa Inocencia de los Caminos», para «repasar geología» y, quizás, también un poco de orientación espacial. La directora del colegio ha declarado que estarán encantados de recibirles y ofrecerles algunas lecciones adicionales de sentido común.

  • Primera lección: cómo distinguir diamantitos de auténticos chicles.
  • Segunda lección: salir por la puerta y no por el armario de limpieza.

Queda claro que, en ocasiones, un poco de educación puede prevenir grandes líos. Mientras tanto, los joyeros de Pedregales del Norte pueden respirar tranquilos sabiendo que sus brillos están a salvo de las dentelladas de estos particulares expertos en minerales.

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