En breve podremos ver el «estilo del tigre borracho» en cualquier pelea callejera.
Un negocio de novedoso y avalado por su éxito internacional en los cines de todo el mundo. Ésta es la propuesta del Monasterio de Shaolin, marca que ahora trae a España la experiencia del Kung Fú, un arte marcial chino milenario y que abre sus puertas en Fuenlabrada.
Una ventaja de la franquicia es que “el asociado puede enfocar el negocio en aquellos estilos de lucha que mejor se adapten a su mercado y público, subraya Yu Che Ming, CEO y fundador de una enseña impulsada por una sociedad de enseñanza de las artes marciales con más de dos mil años de experiencia y que en la actualidad se ha lanzado al mercado internacional de las franquicias.
Otra de las señas de identidad del proyecto es que se adapta a cualquier ubicación y su gestión es sencilla, con espacios que no precisan grandes equipamientos. Con una inversión mínima a partir de 1500 euros y en la que solo es necesario un local con suficiente espacio y un chino calvo con un mono naranja o amarillo que haga de profesor.
El gobierno chino ha colaborado activamente en la internalización y la expansión de la franquicia que ya tiene negocios abiertos en Nueva York, Londres, París, Caracas, La Habana, Moscú, Pernambuco y ahora tambien en Fuenlabrada.