Catalunya lanza un singular camino de peregrinación para competir con el de Santiago: ¡la Generalitat se afila el lápiz!
La Generalitat ha decidido embarcarse en una aventura turística lanzando el Camino de Sant Jordi, un proyecto ambicioso y circular que pretende hacerle sombra al venerado Camino de Santiago. Según ciertas informaciones, este nuevo itinerario pasará por todas las provincias catalanas e incluso invadirá plácidamente Valencia, porque, según han apuntado, las paellas saben mejor al final de una caminata.
Peregrinos de todo el mundo estarán encantados de saber que recibirán un incentivo muy especial: pan a la catalana gratis en cada pueblo del recorrido. ¡Una verdadera ganga! Según nos comunicó un portavoz de la Oficina del Camino de Sant Jordi, el pan incluirá tomate *y* aceite, en un acto de generosidad nunca antes visto en tierras catalanas.
Premio a la velocidad y el catalán
Además del carbohídrato gratuito, la Generalitat abrirá un concurso para quienes logren completar el camino en tiempo récord. El premio no solo recompensará la velocidad; hablar catalán a diario y con fluidez en cada parada será crucial para acumular puntos en la tabla de clasificación.
Tal y como hemos sabido, a los primeros 50 inscriptos se les proporcionará un diccionario de bolsillo catalán para que vayan practicando mientras recorren el itinerario. ¿Quién diría que la lengua de Verdaguer podría ser la clave para ganar esta particular peregrinación?
¿Y la financiación?
Según fuentes consultadas, se espera que el presupuesto llegue principalmente de las partidas presupuestarias enviadas por el gobierno central. «Si se pueden construir aeropuertos sin aviones, ¿por qué no un camino circular sin principio ni fin?» comentó irónicamente un alto cargo de la Generalitat mientras dibujaba el mapa del recorrido.
Así pues, el Camino de Sant Jordi se erige como una prometedora ruta cultural y espiritual, con promesas de aventura, calçots y un buen discurso en catalán. ¿Será suficiente para atraer a los fervorosos peregrinos del mundo? Eso, estimados lectores, solo el tiempo (y las subvenciones) lo dirán.